Ser Sujeto


Vivo aquí. ¿Aquí? Sí, aquí. Se está fresco. Un poco oscuro, quizá, pero seguro. La ventana es la misma que la puerta. La única salida pero también la única entrada. Es original, redonda por arriba y líneas inclinadas en la parte de abajo, lo justo para salir y volver a entrar siempre. ¿No es un poco pequeño? Pero es seguro y no necesito más. A veces entra la luz por la puerta-ventana y adopta la forma de la cerradura. Es bonito. Y eso sólo lo ves si estás dentro. Cuando salgo no me encuentro bien, mucho ruido, piernas de colores andando deprisa, salpicaduras de charco al pasar las ruedas, mucha luz… No, no me gusta. Es muy grande ese mundo, es impredecible. Prefiero estar seguro. Ser… estar sujeto.

Salgo lo imprescindible y siempre por el mismo camino, un eslabón, otro, el siguiente…llego, trabajo y vuelvo a subir por la cadena. ¿Sabes? Me gusta tocar el hierro de los eslabones, es ¡tan fuerte! Da seguridad. Respiro cuando llego y puedo por fin agarrarme. A partir de ahí, todo es más fácil, no tienes ni qué pensar porque no hay otro camino: un eslabón, otro, el siguiente y al final, llegas y descansas. ¿Pero el hierro es frío? Sí, eso sí. Pero los hogares son ahora así, fríos. Es tendencia. Piénsalo y verás, es lo que se lleva. El color oscuro, las líneas rectas… dan seguridad y, seriedad también. Estamos mejor. ¿Mejor que qué? Mejor que antes, cuando había calor en el hogar. Éramos vulnerables. Demasiadas puertas abiertas, en cualquier momento, una amenaza o un imprevisto y ¡zasca!. La herida es más grande cuando hay calor, cuando sientes e imaginas. No es necesario sufrir así. ¿Pero es muy duro vivir encerrado? Dura es la vida. Vívela así. Quédate un tiempo conmigo si quieres y verás, te sentirás mejor.

La seguridad relaja, te recupera, las rutinas son como raíces y nos hacen reencontrarnos de nuevo. Piénsalo. Es lo indicado por los expertos nada más nacer. Imponer la rutina es siempre lo más recomendado para bebés y niños. Debemos saber siempre que detrás de un eslabón, hay otro, y luego el siguiente. ¿Pero es como vivir encadenado? ¡Exacto! ¿No hay forma de salir? No, no hay forma de perderse.

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