Tiene una luz blanca, suave, que da paz y miedo. Pero es inevitable buscarla. Una luz que da calma en medio de la oscuridad, que acalla incluso el sonido del silencio y deja hueca la mente pero llena el alma.
Mucho antes de que se muestre completa, mi cuerpo la intuye. Ya me habla desde allí, desde tan lejos. Me obliga a mirar hacia arriba, a buscarla. Me recuerda que no baje nunca la cabeza. Ni la guardia. Diría que tiene un cierto instinto maternal hacía mí porque me regaña pero a la vez me mima, porque desaparece poco a poco pero vuelve siempre.
Cuando veo su huella en las líneas rectas que separan sombra y luz en plena oscuridad de estrellas, sé que la mañana será tormentosa pero la noche sólo calma. Y es que, cuando aparece, es porque viene a decirme algo, siempre hay alguna enseñanza escondida que acaba apareciendo en mi mente cuando ella me mira.
Ella, sola y brillante, poderosa al mostrarse completa, imponente cuando no disimula ni esconde, cuando se muestra tal como es. Es justo entonces cuando despliega su mayor atractivo, captura focos y objetivos.
Esa sinceridad aquí abajo no es igual. Esa transparencia tan bella no existe en la Tierra. Y si existe nos obligan a ocultarla girando la cara. También ella la gira al ver tanto artificio aquí, al sentir que no le hacemos caso, que no seguimos su ejemplo. Oculta parte de su rostro cuando no se entiende la belleza de ser circulo completo, de rodar y rodar sin rumbo pero con alegría, de ser tú mismo o de simplemente ser. Como ella, sola y brillante.
Es entonces cuando se retira, se aleja y yo siento que pasa la zozobra. No es agradable que le riñan a uno y ella lo hace, de forma elegante, con luz blanca, pero me advierte y me tensa. Lo hago por tu bien, diría ella si hablara.
Pero pocas veces lo entiendo así. Por eso, vuelve y vuelve, cautivando mirada y alma. Por eso, sigue apareciendo tras la colina. Ella, sola y brillante.
Para Iván, por regalarme una luna de Madrid.
Una vez mas demuestras que tienen mas valor mil palabras que una imagen, pones sobre el papel lo que la mayoria no vemos sobre la foto…
Bonito relato!!
Gracias
Una imagen es sólo una realidad. Las palabras unen almas, ya lo sabes. Muchas gracias, Siri, por estar ahí.