Hambre de saber 3


Nala siempre mira hacia sus pies cuando anda por la tierra seca desde la aldea a la charca. Le intriga pensar que habrá más allá de esa arena, qué se esconde entre las grietas que resquebrajan el camino, tan oscuras, tan profundas. De vez en cuando alguna gota del agua que transporta salpica entre los dedos de sus pies y cae por esos pequeños huecos. Ella imagina que todo debe ser muy diferente ahí dentro. Y a veces, bastantes veces, desearía ser agua para colarse hasta el fondo y dejarse caer. Qué felicidad ser agua, piensa. Qué ilusión conocer el otro mundo, al otro lado del suelo. Otras veces se imagina que no hay suelo, no hay arena y todo es agua. Ella anda por un lago, apoyando sus pies justo en los pies de los que andan al otro lado de la lámina de agua. Unos y otros no son más que reflejos de otros y unos. Así es el mundo que se imagina Nala, un mundo de grietas y reflejos. Tiene 9 años y vive en una aldea de Sudán. Casi no sabe leer pero tiene hambre de saber. Va a la escuela sólo el tiempo justo que le dejan las grietas de su vida atada a la supervivencia. Aún así, de un modo u otro se cuela en la escuela. Quiere saber si existe un nuevo mundo donde apoyar sus pies más allá del agua.


Responder a Verónica Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 thoughts on “Hambre de saber